Viajar al norte de Europa significa apuntar la brújula hacia las zonas más frías y remotas de nuestro continente, donde la naturaleza sigue reinando y donde es el hombre quien ha tenido que adaptarse a ella y a sus «caprichos».
Tierras de encanto único, donde el invierno se compone de noches infinitas con la aurora pintando de verde el cielo estrellado, y el verano de días que duran una eternidad, con el sol de medianoche brillando en el horizonte.
Rusia es tan intrigante como siempre, reusándo a ser calificada tanto como europea o como asiática. Rusia sigue siendo Rusia.
Además de la seducción de la enigmática alma rusa, hay incontables razones para visitar el país más grande del mundo. Sus prístinos bosques son el territorio propicio para los exploradores con sed de aventura. Los pueblos y las ciudades son tesoros escondidos para los fanáticos de la historia.
Sin olvidarnos de la magia de Laponia
¡¡ Acuérdate que Papa Noel vive aquí !!
Europa del Norte es un destino turístico increíblemente diverso, con una combinación única de belleza natural, cultura y oportunidades para actividades al aire libre con paisajes que van desde fiordos y glaciares hasta bosques y auroras boreales.
Alberga países como Finlandia (conocida por sus extensos bosques, numerosos lagos y la región de Laponia), Noruega (reconocida por sus espectaculares fiordos, montañas majestuosas y la famosa carretera del Atlántico), Islandia (conocida por sus paisajes volcánicos únicos, con géiseres, cascadas, lagos glaciares y playas de arena negra), Suecia (famosa por su impresionante archipiélago de Estocolmo, un conjunto de islas e islotes con casas de colores y hermosas playas) y Rusia (donde parte de su territorio se encuentra en la región de Europa del Norte, incluyendo la ciudad de San Petersburgo).
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